Con motivo de la celebración del jubileo de las cárceles a nivel mundial, recientemente se efectuó la ceremonia de los 2 mil 25 años del nacimiento de Jesús, marcando un importante hito dentro de las labores del año santo de la Iglesia Católica, labor que se desarrolló en la capilla del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Iquique, CCP.
La actividad fue encabezada por el capellán católico de Gendarmería, presbítero Armando Vergara Araya, las encargadas de la pastoral, agentes pastorales carcelarios e internas que fueron invitadas a esa labor.
El sacerdote Armando Vergara puntualizó que el símbolo de la Puerta Santa, en la capilla que está al interior del establecimiento penal, es un acto lleno de simbolismo y recogimiento, puerta bellamente decorada por las propias integrantes de la pastoral carcelaria.
El sacerdote dijo que originalmente esa actividad era para los judíos un año sabático, en el cual se descansaba, los esclavos quedaban libres y dejaban de trabajar las tierras y se restituían las posesiones adquiridas.
“Este fue un año santo extraordinario, convocado por el Papa Francisco, con el lema «Peregrinos de esperanza», invitando a un tiempo de renovación espiritual, perdón y reconciliación. Celebrando este 2025 el aniversario de la Encarnación de Jesús, culminando con la apertura de la Puerta Santa en cada lugar de su celebración, peregrinando y viviendo la fe en medio de conflictos y crisis globales, renovando la esperanza en Cristo”, dijo.
Agregó que esa actividad en la cárcel de Iquique, representa a los cuatro recintos penitenciarios de la diócesis de Iquique y de la región de Tarapacá, con el símbolo de la Puerta Santa en la capilla al interior del Centro de Cumplimiento Penitenciario.
Puntualizó que al ingresar al espacio sagrado, como signo de la recepción de la Gracia solicitada, hubo la debida preparación espiritual a través del Sacramento de la Confesión. “Orando por el fallecido y amado Papa Francisco y el actual Pontífice León XIV. Con la gracia espiritual de la indulgencia plenaria con la remisión total, ante Dios de la pena temporal debida a nuestras faltas ya perdonadas en el Sacramento de la Confesión”. También dijo que se intercedió por los difuntos, especialmente recordando a los capellanes, funcionarios penitenciarios, agentes pastorales y a las personas privadas de libertad, simbolizado en los 30 jóvenes que murieron en la tragedia de la unidad penal el 20 de mayo de 2001.
En la oportunidad y para finalizar el acto se recepcionó, la comunión en la celebración eucarística en el interior de la capilla del penal, como corolario de esta emotiva celebración religiosa.