• 02/08/2025 01:04

Estudio revela origen y transformación del cachimbo, danza patrimonial del norte de Chile

Ago 1, 2025

Investigación de la Universidad de Tarapacá reconstruye la historia del cachimbo desde el siglo XVIII hasta su actual resignificación, revelando su rol en la identidad cultural de la región.

– El reciente artículo titulado “De ‘Baile y Tierra’ a Cachimbo. Memoria e imaginarios de una danza patrimonial del Norte de Chile”, publicado en la Revista Musical Chilena por los investigadores Jean Franco Daponte, Alberto Díaz Araya y Nicole Cortés del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá sede Iquique, ofrece un recorrido evolutivo por el proceso de construcción social y patrimonial del cachimbo.

Mediante una metodología que combina recopilación etnográfica de largo plazo, análisis documental y entrevistas a cultores y músicos locales, el estudio analiza cómo esta danza –de origen afrohispano y practicada en el antiguo virreinato peruano como parte de los “bailes de tierra”– fue adaptándose a lo largo de los siglos hasta convertirse en un símbolo identitario del norte chileno.

Los autores afirman que el cachimbo “devino en un tipo coreográfico y musical vinculado a los momentos festivos de los pueblos del interior de Tarapacá”, especialmente en las festividades patronales de localidades como Pica, Matilla, Mamiña y Tarapacá. El texto además, propone que el cachimbo es resultado de un largo proceso de resignificación, transformaciones impuestas por la chilenización cultural y una activa defensa comunitaria frente a su folclorización.

Según se plantea en el artículo, tras la Guerra del Pacífico el cachimbo fue despojado de legitimidad por parte del Estado, debido a su origen “peruano”, y desplazado del espacio público. Sin embargo, sobrevivió en la memoria familiar, celebraciones privadas y salones locales, “donde se consolidó como una danza elegante, lúdica y cargada de memoria”.

REVIVAL COMUNITARIO

El estudio sostiene que “el cachimbo no es simplemente una forma dancística, sino un lenguaje cultural que ha articulado procesos de territorialidad, memoria y resistencia”. En ese marco, se destacan las figuras de músicos como Carlos Zúñiga Luza (Pica) y Victoriano y Pablo Caqueo (Mamiña), cuyas composiciones y arreglos para bandas de bronce mantuvieron viva esta práctica a pesar de la censura o simplificación institucional.

Desde inicios del siglo XXI, ante la percepción de pérdida frente a versiones estilizadas, emergió un proceso de revival comunitario, con clubes y talleres que recuperaron el cachimbo desde su memoria social. Este movimiento derivó en planes de salvaguardia y patrimonialización, liderados por las propias comunidades desde 2017.

El artículo concluye que el cachimbo es más que una danza: es “un dispositivo social y cultural a través del cual se produce y reproduce el sentido de pertenencia a una comunidad, a un territorio y a una historia compartida”.