Ivonne Donoso Olivares
Delegada Presidencial Regional de Tarapacá
Este martes 24 de junio, a las 10:00 de la mañana, la región vivirá un ejercicio vital. Más de 400 establecimientos educacionales, junto a sus directivos, docentes, asistentes y estudiantes, serán parte del simulacro de sismo y tsunami, un hito de prevención que convoca a toda la comunidad educativa de Tarapacá.
Pero esto no es una rutina ni una simple instrucción: Hacer un ejercicio no es un juego, tampoco es un trámite, ejercitamos porque creem´”os en la vida, ejercitamos porque sabemos que una región preparada, organizada y consciente, es una región que tiene futuro,
ejercitamos, sí: «Pero no para ejercitar el miedo, sino para salvar vidas.»
La historia sísmica de nuestro norte; no es una teoría, está escrita en nuestra tierra, en nuestras calles, en nuestra memoria colectiva, y en cada familia de esta región hay un relato, una experiencia o una advertencia transmitida de generación en generación. Por eso este simulacro de sismo y tsunami importa, porque no podemos darnos el lujo de improvisar ante una amenaza que sabemos cierta, aunque no sepamos cuándo ocurrirá.
Este ejercicio es, también, un acto pedagógico, cuando una niña o un niño aprende a evacuar con calma, a reconocer una ruta de escape, a identificar una señal de alerta, está aprendiendo más que protección: está aprendiendo responsabilidad.
Y cuando una comunidad entera se une en ese gesto; educadores, autoridades, familias, transportistas, vecinos, está construyendo algo aún más grande: una cultura preventiva, solidaria y resiliente.
Como Delegada Presidencial, y como parte de un Gobierno que ha puesto el foco en la gestión del riesgo de desastres con seriedad, convicción y responsabilidad, quiero agradecer profundamente a quienes están haciendo posible esta coordinación: SENAPRED, Carabineros, las y los seremis integrantes del equipo del Gabinete Regional; muy especialmente a Educación, Transportes, el SLEP, directivos y docentes comprometidos, y a cada familia que acompaña y conversa con sus hijos e hijas sobre lo que está por ocurrir.
El llamado es claro: colaboremos; a los conductores a facilitar los desplazamientos y ser pacientes si el tránsito se interrumpe unos minutos… A las comunidades educativas, a asumir este ejercicio con el compromiso que merece… A la ciudadanía entera, a comprender que este simulacro es también un acto de cuidado colectivo.
En Tarapacá no esperamos la tragedia para actuar, nos preparamos con convicción, porque la prevención también es una forma de amar a nuestra tierra, a nuestras familias y a nuestro futuro.