La comunidad de Colchane dio inicio al Año Nuevo aymara con profundo respeto a sus tradiciones ancestrales.
Con danzas, música andina, ofrendas a la Pachamama y una ceremonia cargada de espiritualidad y simbolismo, la comunidad del pueblo de Isluga conmemoró el Machaq Mara 5533, el inicio del nuevo ciclo del calendario aymara. La celebración que, cada año marca el retorno del sol y el renacer de la vida, congregó a autoridades, residentes de la comuna y de otros territorios, además de turistas.
El Gobernador de Tarapacá, José Miguel Carvajal, acompañó al alcalde de Colchane, Teófilo Mamani, durante esta jornada; y reafirmó el compromiso del Gobierno Regional con la protección y promoción del patrimonio cultural de los pueblos originarios. “Este no es sólo un acto simbólico, es una reafirmación de identidad, de respeto profundo por la cosmovisión andina que sigue viva y que nos conecta con la tierra y nuestros ancestros”, señaló la autoridad.
La jornada comenzó a las 20:00 horas de este viernes, cuando el pueblo de Isluga recibió a los visitantes, entre ellos, Carabineros, Ejército y la seremi de Educación. La pareja de caciques dio la bienvenida a la comitiva que disfrutó de la música de la Banda Santa Cecilia y de los Sikuris; y de un pasacalle ofrecido por la comunidad educativa del poblado, minutos previos a la salida del sol, a las 05:00 horas de este sábado.
El “Año Nuevo” es una de las celebraciones más importantes del calendario aymara y ha sido reconocido por su profundo valor simbólico, espiritual y comunitario. En Isluga, como en otras comunidades andinas, este evento refuerza la transmisión entre generaciones de saberes y prácticas que forman parte esencial de la identidad del pueblo aymara.
Durante su intervención en los rituales, el gobernador Carvajal subrayó la importancia de reconocer el valor de nuestros pueblos originarios. “El futuro de nuestra región se construye con base en el respeto y la valorización de su diversidad. Acompañar a nuestros pueblos originarios en fechas tan significativas como el Machaq Mara es también una forma de reconocer su historia, su resistencia y su vigencia”, declaró.
La celebración culminó con una calapurka para todos los asistentes, un plato que simboliza fortaleza, purificación y abrigo.